Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://graysonakxu755696.bloggazza.com/37366101/el-cabezazo-de-zidane-causas-ocultas