Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://heidivjqw286272.tblogz.com/la-historia-detrĂ¡s-del-gesto-de-zidane-en-2006-51719343